Soy un tanto suceptible Julián, pero no te guardo rencor, ya todo va a ir mejorando.
Va a llegar el momento en el cual cada ojal de mi cuerpo se una por un hilo casi transparente, casi inexistente, pero firme, tan firme como un cordón umbilical, me voy a alimentar de una vez por todas, como enroscándome en una posición que va a sentirse incómoda en un principio, pero de a poco se va a ir naturalizando.
Voy a permanecer así por un tiempo indefinido, para descoserme y remendarme, para teñirme y empaparme, hecharme al sol y evaporar de mi todo eso, una y mil veces, cuantas sea necesario, van a tenderme de una soga, de varias sogas, a venderme, a regalarme, van a hacer caridad conmigo, pero también van a lavarme y enjuagarme cuando lo necesite, y lo glorioso de secarme al sol será mi mayoy recompenza frente al desgaste de mis usos y cambios.
Por más que me enchastren, siempre va a haber alguien dispuesto a perfumarme y escurrirme.
No puedo ser trapo siendo tan áspera
Ni me voy a desintegrar, voy a prenderme fuego y morir deshilachandome, pero lo único oscuro que vas a ver en mi son mis cenizas. Porque en tu recuerdo siempre voy a estar, en lo brillante del fuego.