El calambre te lo atribuyo
si no fuera piel,
sería arena
y los surcos, no cicatrices,
o las uñas, tablas de barrenar.
Quiero al mundo,
tal como lo tenía,
lleno de mis diecinueve años, todos los días.
Si no fuera huída, volvería a pedir perdón
a las cosas que deglutí sin saborear
y a todas las baldosas que pisé sin mirar.
Vi en tu foto mi banalidad,
y en la multitud busqué encontrar al vacío,
para pedirle más espacio para mi.
Vi en los bares una silla demás,
y que alguien ocupaba el baño,
la luz delató a la sombra,
y era el mal,
porque el bien era ese abrazo.
Hundirte como una mano entre lentejas,
solo eso pretendiste,
yo me perdí mirando los tenedores golpeando contra el suelo.
El motivo te lo atribuyo,
si no fuera por la flor, sería por las espinas...
esto no es tuyo,
porque es de mi, partida.
Si no fuera coma,
yo sería aparte ...
un suspensivo verbo te invita,
a deshacerte por arte,
si no fuera pasto, sería...
un gran colchón de hombres durmiendo,
todos alimentados por el mismo instinto,
clavarse en vos por esto.
Quiero a mi mundo tal como lo expreso,
pequeño, inmenso,
tal como lo tengo,
lleno de mis diecinueve años,
todos los días.