miércoles, 2 de junio de 2010

¿Se van? Si.
Realmente se piensan ir otra vez.
Van a levantar todas las cosas que supieron servirles, y se van a ir.

- ¡Mamá!, la heladera late.
Te vas, y esta vez ... te vas en serio.
Pasan los días y el letargo es peor,
hoy fue la estufa, pero mañana no voy a tener excusas para enfrentarme a eso de no ir para ningún lado viajando tantas horas.
Viene a verme y estancándo las obligaciones, se dispone a interpelarme.
Obliga a recordar la postal en tono amarillo, mi pelo largo y los tobillos,
Juro que por el segundo que se acaba de ir volví a sentir el gusto de la menta y el ruido de la campana.
Ahora de no hay de qué huir,
ya ni está la posibilidad de salir a caminar de noche y cruzarme con un abrazo tuyo por ahí.