
Un tractor de marcha muda se acerca por la costa de arcoiris sobre arena, es amarillo como el vómito de los jóvenes, y como las sábanas de esta cama, tiene luces y todas se van apagando, porque un sol, que es como todos los soles rompe el mar en virtud de nacer.
Así el horizonte es un punto único al que todos miramos desde la orilla.
Cruz arrastrando los pies marco,
para prometerle a ese sol una muerte a mi cargo.
Morirás sol, queriendo verme en los brazos de quién quiera y no del que no quiso querer.
Todos esos brazos vendrán a buscar al sol, y yo lo sujetaré con mis manos y reiré sus ausencias por todo lo que las he llorado.
Hoy el celeste es un color más en el cielo tenido de tanto amanecer.
Lo quise querer, de manera inútil para pintarlo, pero el ya dibujaba un cielo muy lejano, y me contenté por haberlo perdido dándolo por olvidado.
No todo es vacío, mi pobre flor por el suelo.
Tengo un árbol infinito de nubes de descuento,
deseo para verte,
un arcoiris en ese cielo,
y tomar- te con pinceles será por fin mi reto.