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Un reflejo delator de tornasoles, de cambios rotundos, de experiencias nuevas, reveladoras.
Un puñado de milagros, una suerte de puente hacia la libertad de expresión.
Mensaje del positivismo, repudio hacia lo oscuro, hacia la injusta mirada de los demás, ellos que quieren que pases de moda, así no molestan más tus poesías.
Pero nunca es tarde, además sabes bien como hacerlo, basta hacerte ver, vos, tu fulgor, vos eras el reflejo.
Y me inspiras hacia lo bueno, hacia lo que cambia mi vida, sacas lo que quiero hacer ver, lo que quiero mostrar de mi, me dejas ser libre, gritar, correr, tocar!, sos tan genial, permites aprehender la vida de tus palabras, y te amo tanto que no puedo despertarme sin amar.
Quiero creer tenerte cerca, dejarme soñar con ese momento, vivir como una extensión tuya, robarte los acordes, soñar con vos, manifestarme en la rítmica, quizás porque no, también me dedicarías una canción.
Sobrevivir a tus rechazos, es que claro está sos más que el sol, incluso más que la luna; rozarte los dedos, comprender de donde venís, quién te mando, por qué sos verbo, por qué sos la melodía preferida.
Dormir con tu protección, como la de un padre, sentirme yo de una vez por todas, así de débil y dependiente.
Y esconderme en el refugio que palabra a palabra perparaste para mí, sin saberlo, abriste mi camino, estrechaste puentes en todos lados, estiraste mis ideas mientras crecían mis huesos.
¡Qué habilidad! ¡Qué facilidad! Deberías enterarte un día que brindaste más de lo que prometías.